El lugar

 

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Pensar en algún lugar en mi casa para decidir fotografiarlo es complicado. Pensar qué quiero mostrar y por qué es algo que todavía quiero trabajar. Porque quizás no puedo o no decido mostrar la totalidad del espacio y quizás también puedo cambiarlo.

Cuando comencé a pensar en aquellos lugares que me hicieran sentir algo, pensé en tres. La esquina del living, que es donde más tiempo paso, ya sea trabajando o estudiando, es la esquina en donde más concentrada tengo que estar, pero también la más ruidosa. El espacio compartido me obliga a tener que afilar algunos sentidos y anular otros para poder enfocarme en lo que debo hacer.

Después pensé en la cocina, que es donde puedo ser creativa y seguir mis decisiones con todas mis mañas. La cocina también es el primer lugar en el que habito cuando me levanto. Soy la primera en despertarme y la última en acostarme, entonces generalmente esos son los momentos que tengo para mí, ya sea preparándome el desayuno a la mañana, con música o simplemente disfrutando el silencio o fumándome el último pucho del día antes de lavarme los dientes e irme a acostar. La cocina también es el lazo que nos une a mí y a mi familia. Nos gusta cocinarnos y la cena, es el único momento donde podemos disfrutarnos.

Por último, pensé en mi pieza a la que sólo recurro para dormir, para pensar, para llorar, para estar conmigo misma o con mis fantasmas, mi pieza es el parámetro que dirige un poco mi vida. Si mi pieza está desordenada es porque estoy ocupada y sin tiempo o sin ganas. Si mi pieza está ordenada, es porque estoy relajada o con ánimos. También mi pieza es donde guardo algunos tesoros y mi ropa, que es, para mí, la esencia de quien soy.

Debo admitir que no estoy completamente conforme con los resultados a los que llegué y tampoco pude envestir mi habitación para mostrar lo que quiero mostrar de ella.

Sé que hay momentos del día en que la luz entra por algunas ventanas de una forma casi melancólica tanto en mi pieza, como en el living, pero de todas formas todavía no pude quizás llegar a esa esencia o por lo menos es lo que pienso.

También quise trabajar la idea de la escenografía, reacomodar y acomodar aquellos elementos que creía indispensables para la toma. Quería trabajar la idea de la huella, la huella de alguien que habitó esos lugares, que alguien los respiró. Porque en mi casa somos bastantes, entonces nunca encontrás una soledad completa. Siempre hay alguien.

Técnicamente hablando, usé trípode porque quería que la imagen fuese estable en la cocina, y en el rincón usé cámara en mano porque me daba más libertad para probar ángulos y posiciones.

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