La zona I
Cuando comenzamos a pensar en el clima de lo que queríamos buscar, pensamos primeramente en los colores que nos gustaban en algunas fotografías que íbamos viendo de referencia. Luego insistimos en pensar en una sensación que sostuviera la composición del espacio. Por esto nos decidimos por un formato vertical, para encerrar un poco más al personaje y planificar mejor la escenografía. Hablamos de utilizar una vela como elemento unificador, luces cálidas y acciones simples y banales.
En mi video en particular quise utilizar dos luces, una naranja y una verde, que logré con un reflector de alta potencia con un celofán por encima y con un tubo de luz neón. Para detalles utilicé una lámpara de luz cálida y una vela que generaba una composición triangular entre mi mirada, la compu y la mencionada. Sin demasiado contraste y sombras no tan duras.
Como dije más arriba, con mis compañeres, pensamos en la soledad, quizás fue demasiado genérico porque la soledad se puede manifestar en distintas formas, pero también era interesante ver cómo cada une del grupo la sentía. La pregunta fue simple: ¿Qué es la soledad? O mejor aún, ¿Qué siento cuando estoy en soledad?
Para empezar a responder, diría que me siento en paz. La soledad jamás me molestó, me enseñó mucho sobre mi persona, mis límites, mi conciencia. Estar en soledad no es lo mismo que sentirme sola, la soledad podría anunciarse como un espacio vacío, espacio que trato de llenar con mi cabeza, con reparar algunas ideas y pensamientos, pero sobre todo, poder centrarme, racionalizar mis emociones que, muchas veces, se encuentran alborotadas.
Para hablar un poco de ese ruido que busco callar o, por lo menos, ordenar, utilicé dos recursos: la pantalla de la computadora, al ser el objeto al que más uso le doy en todos los días de mi vida y de donde viene la mayor cantidad de ruido, ya sea entre la facultad, reuniones de equipo que terminan en la madrugada, entregas, trabajo, lecturas, momentos de ocio. Usé una imagen que se reproducía de VHS estática, que es aquella imagen con ruido que aparece cuando no hay señal que emana una luz fría y contrasta con la iluminación naranja del lugar. Por otro lado, el ruido eléctrónico de la misma cámara que se escucha, muy suave, por debajo.
Para hablar también de la comodidad que me causa la soledad, se escucha, muy bajo también, un jazz. Se encuentra en un nivel de intensidad bajo para no distraer al espectador de lo que se está viendo, sino para complementar en un conjunto.
También tengo que hablar del lugar. Elegí mi pieza esta vez, la cocina no me habia terminado de cerrar y sentía que ya no podía sacarle más provecho. En algún punto me frustra sacarle fotos a mi cabeza y mucho más cuando no llego a la esencia que busco en las fotos que tomo. Entiendo que nada encajaba y tampoco creo que era el espacio indicado para hablar de lo que estaba hablando.
En mi pieza sabía que por lo menos iba a gozar de privacidad, me iba a poder desinhibir y podía pensar más relajada qué mostrar y cómo hacerlo.
Mi pieza tampoco es mi lugar favorito en mi casa, mi lugar era el techo, que después tuvieron que cerrar y al que no tuve más acceso, pero ese era el espacio que consideraba mío, que era inviolable y al que recurría para bajar a tierra (paradójico). Pero aún así, en mi pieza también tengo la confianza de poder ser quién soy, de poder bailar, cantar, reír, llorar sin ninguna mirada analizadora. Por eso fui ahí.
En fin, creo que este fue un análisis bastante completo de qué buscaba y cómo intenté lograrlo.
Referencias
Busqué en estas fotos cuáles eran las sensaciones que me provocaban y qué podía utilizar de ellas para mi trabajo.
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